jueves, 16 de julio de 2015

Continuación de los Marcos/personajes

CONTINUACIONES   Homero Glorioso, Joaquin Carri


1)         Estuve en el paraíso ayer por la noche. Donde las preocupaciones no existían, tampoco los recuerdos; sólo el presente, donde no se tenía una visión sobre el futuro, ni recuerdos sobre el pasado. Sólo quietud; en donde descansaban las almas. Pero en ese paraíso no me encontraba solo, había siluetas que me pasaban por al lado y me susurraban algo; no eran palabras, eran susurros, pero yo entendía perfectamente qué querían decirme: al final del camino iba a estar ella, la Reina de todas las almas.
Cuando finalmente llegué a ella no tardé en notar su resplandor; una luminosidad enceguecedora pero bella. Me miró y dijo delicadamente: “Bienvenido. Aquí descansarás en paz hasta que el próximo cuerpo te aloje”.
            No respiraba ni parpadeaba, no tenía manos, ni pies, ni cabeza; básicamente no tenía cuerpo.  Era un alma flotante en ese mundo mudo, donde no había ni tiempo ni espacio. Cada tanto pasaban siluetas ¿Sería yo una de ellas? No podría saberlo, no me podía ver  a mí mismo. No tenía impaciencia, es decir, no quería irme de allí pero tampoco quería quedarme.
            ¿Estaba en el cielo? En el infierno sabía que no estaba, no había sufrimiento, no había dolor, ni pena. Tampoco había placer, ni comodidad. No era nada. ¿Sería el limbo?
            Empecé a asustarme, estaba sintiendo cosas otra vez. Un remolino se abrió debajo o encima de mí*, me estaba absorbiendo ¿a dónde me dirigía?

2)         Primavera del 2016 en Buenos Aires. Todos se preparaban para los festivales que se armaban en los barrios. Muchos colores, disfraces y espuma de carnaval decoraban las calles y los cuerpos de los vecinos. Pero había alguien que no estaba tan preparado, ni tan contento… Ese era Felipe.
            Felipe había nacido en Palermo, vivió allí hasta los 22 años. Cuando era pequeño jugaba con su vecina Emilia. Cuando fueron creciendo se dieron cuenta que estaban enamorados. Hasta que una noche, ella y la familia se fueron de vacaciones. Emilia le dio una carta a Felipe, pero le advirtió que no la leyera hasta el día siguiente.
            Solían festejar todo juntos: la navidad, el año nuevo, hasta las pascuas. Pero la fecha más importante era la Fiesta de la Primavera. Era alegría, sonrisas, música, algo de espuma y… amor.
            El niño estaba acostado y muy enojado en su cama, tenía el corazón roto. Ella iba a volver, pero él todavía no sabía de abandonos. Tenía muchas ganas de abrir el sobre que contenía la carta y leerla, pero hizo caso a las palabras de Emilia.
            A la mañana siguiente Felipe desayunó, anduvo en bici por el barrio, se bañó en la pileta, y cuando estaba almorzando recordó que tenía un papel muy importante por leer. No lo encontraba. Le preguntó a su madre si lo había visto. Revisó en la basura y no estaba. La había perdido.
            Una noche (ya habían pasado dos meses desde la partida de Emilia) estaban cenando y Felipe hizo un comentario: “Largas vacaciones las de la vecina”. La madre se puso seria y dijo: “Hijo, después de la cena tenemos que hablar”.

            La Fiesta de la Primavera ya había comenzado. Los fuegos artificiales estallaban en el cielo. La música y los gritos de la gente llenaban de alegría a la ciudad. Felipe leía un libro acostado, evadiendo la celebración.

5 comentarios:

  1. me gustó como los siguieron y como quedaron, mas el segundo que el primero.

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  2. Cada vez me atrapan más, muy buen trabajo compañeros.

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  3. Me esta gustando mucho como siguen los marcos, chicos un alpauso

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  4. Es muy interesante como continuaron los marcos y me gusta mucho, el primero me parece una historia muy original y esta bueno saber que ese personaje no es un "ser" ,sino un alma.

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  5. me saco el sombrero , muy buen material , la consigna de integrar a los personajes la lograron !!!!

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